Las piezas que habitan este espacio no están solas. Son fragmentos de miradas, trazos de distintas voces que encuentran aquí un punto de encuentro. Cada obra tiene un origen distinto, pero juntas construyen este instante: lo cotidiano transformado en arte.

Estas son las miradas que convergen en este diálogo:

ANDREA HARO
ERIK BAILON
ESTEBAN FLORES
FRANCISCO GAMERO
JESUS GUTIERREZ 
JUNIOR GALLARDO
LUIS CAMPOS
MANUEL CASTRO

Hay momentos que parecen simples, pero que guardan todo el peso de lo real. Lo que ves al despertar, lo que escuchas mientras el día pasa, lo que sucede entre un momento y el siguiente.

Esta exposición es un encuentro con eso que siempre está ahí, pero que pocas veces detenemos la mirada para ver. Es un espacio donde lo ordinario se vuelve extraordinario, donde lo cotidiano se transforma en arte.

Las obras que habitan aquí son fragmentos de lo que significa existir en lo más básico, en lo más humano. Son un recordatorio de que cada detalle cuenta, de que hay poesía en el ruido, de que incluso lo más mínimo puede ser una historia por descubrir.

Los invitamos a recorrer este espacio sin prisa, a observar como si miraran por primera vez, a escuchar lo que cada pieza tiene que decir. Porque entre un momento y el siguiente, algo siempre cambia.

Hay momentos que parecen simples, pero que guardan todo el peso de lo real. Lo que ves al despertar, lo que escuchas mientras el día pasa, lo que sucede entre un momento y el siguiente.

Esta exposición es un encuentro con eso que siempre está ahí, pero que pocas veces detenemos la mirada para ver. Es un espacio donde lo ordinario se vuelve extraordinario, donde lo cotidiano se transforma en arte.

Las obras que habitan aquí son fragmentos de lo que significa existir en lo más básico, en lo más humano. Son un recordatorio de que cada detalle cuenta, de que hay poesía en el ruido, de que incluso lo más mínimo puede ser una historia por descubrir.

Los invitamos a recorrer este espacio sin prisa, a observar como si miraran por primera vez, a escuchar lo que cada pieza tiene que decir. Porque entre un momento y el siguiente, algo siempre cambia.

Hay momentos que parecen simples, pero que guardan todo el peso de lo real. Lo que ves al despertar, lo que escuchas mientras el día pasa, lo que sucede entre un momento y el siguiente.

Esta exposición es un encuentro con eso que siempre está ahí, pero que pocas veces detenemos la mirada para ver. Es un espacio donde lo ordinario se vuelve extraordinario, donde lo cotidiano se transforma en arte.

Las obras que habitan aquí son fragmentos de lo que significa existir en lo más básico, en lo más humano. Son un recordatorio de que cada detalle cuenta, de que hay poesía en el ruido, de que incluso lo más mínimo puede ser una historia por descubrir.

Los invitamos a recorrer este espacio sin prisa, a observar como si miraran por primera vez, a escuchar lo que cada pieza tiene que decir. Porque entre un momento y el siguiente, algo siempre cambia.

Hay momentos que parecen simples, pero que guardan todo el peso de lo real. Lo que ves al despertar, lo que escuchas mientras el día pasa, lo que sucede entre un momento y el siguiente.

Esta exposición es un encuentro con eso que siempre está ahí, pero que pocas veces detenemos la mirada para ver. Es un espacio donde lo ordinario se vuelve extraordinario, donde lo cotidiano se transforma en arte.

Las obras que habitan aquí son fragmentos de lo que significa existir en lo más básico, en lo más humano. Son un recordatorio de que cada detalle cuenta, de que hay poesía en el ruido, de que incluso lo más mínimo puede ser una historia por descubrir.

Los invitamos a recorrer este espacio sin prisa, a observar como si miraran por primera vez, a escuchar lo que cada pieza tiene que decir. Porque entre un momento y el siguiente, algo siempre cambia.